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 y  con  los  manantiales  que  allí  nacen.  Suele  dar  cada  hanegada  una  carga  de  arroz,  
 que  consta  de  21  barchíllas,  y  la  cosecha  total  asciende  á  26©  cahíces.  A  estas  
 riquezas  se  añaden  otras  que  produce  la  huer ta,  y  son  20©  libras  de  seda,  200  
 cahíces  de  t r i go,  3 5 0  de  ma í z ,  corta  porcion  de  aceyte  y  algarrobas,  y  muchas  
 hortalizas.  Se  cultivan  también  las  zanahorias,  que  sirven  de  alimento  á  los  caballos  
 ,  pesando  algunas  hasta  diez  libras.  El  Xuc a r  engrosado  con  los  rios  de  E s - 
 calona  , Sellént  y  A l b a y d a ,  como  también  el  rio  Juanes ,  conocido  con  el  nombre  
 de  rambla  de  Al g eme s i ,  disminuyen  no  pocas  veces  los  frutos  de  estas  tierras  
 por  las  furiosas  avenidas  con  que  mundan  campos  y  habitaciones.  L a  que  se  veriíicd  
 en  29  y  30  de  Setiembre  de  1 7 9 1  l levo  al  mar  ma í c e s ,  me lone s ,  arroz  y  
 quanto  encontró  en  el  c amp o ,  llegando  el  agua  entre  Al g eme s i  y  Al c i ra  casi  hasta  
 cubrir  las  moreras ,  muchas  de  las  quales  se  vieron  llenas  de  broza  y  caíías  de  
 niaiz  á  ocho  pies  de  altura  sobre  la  superficie  de  los  c ampo s ,  y  á  diez  sobre  el  
 camino  real.  T o d o  parecía  un  mar  Inmenso  hasta  el  2  de  Oc tubr e ,  dia  en  que  el  
 Xucar  entró  en  su  c auc e ,  dcxando  infinitas  familias  llenas  de  sentimiento  ,  y  con  
 pérdidas  irreparables.  
 134.  El  canal  subterráneo  d  cano  de  Al g eme s i  está  antes  de  entrar  la  rambla  
 en  el  Xuc a r .  Vi ene  la  acequia  del  R e y  con  dirección  de  sur  á  nor t e,  y  antes  de  
 llegar  á  dicha  rambla  baxan  las  aguas  y  se  esconden  por  espacio  de  1 5 0  varas,  
 que  es  lo  ancho  de  la  r ambl a ,  para  subir  luego  á  igual  al tura,  continuar  á  descubierto  
 su  carrera,  y  fertilizar  las  huertas  de  Algeme s i .  Ant e s  había  un  solo  canal  
 de  riego  desde  la  salida  del  cano  :  al  presente  hay  d o s ,  uno  de  los  quales  se  
 ha  hecho  á  expensas  del  Duque  de  Hi jar.  E n  los  ribazos  del  cano  crece  con  abundancia  
 el  pequeño  iris  que  Linneo  l lamó  sysirinchium  : vense  en  las  cercanías  olivos  
 que  se  podrían  mejorar  quitándoles  l eña ,  lo  que  no  hacen  los  de  la  villa  por  falta  
 de  instrucción  ,  y  por  no  haber  visto  la  Ho y a  de  Castalia.  
 135.  A l g eme s i ,  la  Al cudi a  y  Guadasuár  forman  un  triángulo,  cuyos  lados  
 son  de  media  legua  con  corta  diferencia.  L a  Al cudi a  es  el  pueblo  mas  septentrional  
 ,  y  Guadasuár  queda  entre  Al g eme s i  y  Al c i ra.  L o s  de  Guadasuár  han  recibido  
 de  la  Providencia  un  suelo  fér t i l ,  abundantes  aguas  para  el  riego  ,  y  quantas  
 proporciones  conducen  á  la  felicidad  común -, mas  todo  lo  desprecian  é  inutilizan  
 hasta  sacrificarse  ellos  mismos  al  arroz.  Cul t ívanlo  en  las  partidas  llamadas  el  F o n - 
 do  de  Maraiíént  y  del  Barranco  ,  situadas  entre  Albe r i c  y  Al c i r a ,  con  tanto  per - 
 juicio  de  su  salud  ,  que  si  no  se  destieixa  de  allí  la  fatal  planta  ,  dentro  de  pocos  
 años  se  convertirá  la  poblacion  en  cimenterio  ,  quedando  sola  la  memoria  de  haber  
 exi s t ido,  como  otros  muchos  lugares  que  desaparecieron.  La s  tierras  de  Gu a - 
 dasuár  destinadas  á  otros  frutos  darían  mucho  mas  que  ahora  ,  y  mantendrían  mayor  
 número  de  familias.  Po r  3 200  cahíces  de  arroz  que  cogen  cada  a ñ o ,  venden  la  
 salud,  y  sacrifican  sus  vidas.  Precio  vil  si  en  la  balanza  opuesta  ponemos  440  vec i - 
 nos  que  hoy  quedan  expuestos  á  los  rigores  que  preceden  y  acompañan  la  muerte.  
 E n  1 7 2 0  pasaban  de  5 0 0 }  entráron  despues  1 50  familias  advenedizas,  y  lejos  de  
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 prosperar  con  tal  refuerzo,  decae  y  perece  por  instantes  la  poblacÍon.  Cal les  enteras  
 se  ven  con  edificios  arruinados  ó  desiertos,  y  esto  en  un  suelo  tan  f e raz ,  y  por  
 naturaleza  salubérrimo.  Ha y  bosques  de  moreras  alineadas  en  la  periferia  de  los  
 campos,  las  quales  conservan  sus  ramos  principales,  que  el  labrador  limpia  cada  
 año. Este  método  conserva  mas  tiempo  la  vida  de  los  árboles,  preservándoles  de  las  
 fuertes  heridas  que  resultan  de  cortar  los  ramos  hasta  la  corona,  por  donde  entran  las  
 enfermedades  y  la  muerte.  Si  la  cosecha  de  seda,  muy  considerable  en  Guadasuár,  
 no  corresponde  á  la  cantidad  de  la  hoja  de  las  moreras ,  ni  al  número  de  gusanos  
 que  al imentan,  es  por  las  humedades  que  producen  los  arroces  ,  y  porque  se  emplean  
 pocos  brazos  en  beneficiarla.  L o s  demás  frutos  son  1 200  cahíces  de  trigo,  
 2200  de  ma í z ,  64  de  c ebada ,  9©  cántaros  de  v i n o ,  12W  arrobas  de  aceyte  en  
 años  buenos ,  mucha  alfalfa  y  hortalizas.  
 136.  La  Al cudi a  cuenta  hoy  5 30  ve c inos ,  que  cultivan  un  inmenso  secano,  
 y  mas  de  4500  hanegadas  de  huerta.  Quarenta  años  hace  era  muy  corto  el  núme - 
 ro  de  viñas  y  olivares}  los  eriales  y  la  caza  empezaban  á  un  quarto  de  íegua  de  
 esta  hermosa  poblacion  :  multiplicáronse  los  v e c inos ,  se  fomentó  la  Industria,  y  
 extendieron  el  cultivo  á  una  triple  distancia.  C o g e n  24©  cántaros  de  vino  ,  y  63  
 arrobas  de  aceyte  ;  pero  siendo  aún  jóvenes  los  árboles  y  excelente  el  cultivo  ,  la  
 cosecha  será  mayor  de  cada  año.  Si  la  huerta  tuviese  seguridad  en  el  r iego,  y  sí  este  
 se  pudiera  extender  á  las  dilatadas  llanuras,  hoy  secano  ó  eriales,  podría  doblarse  
 el  número  de  vec inos ,  y  vivir  todos  con  abundancia.  L o s  frutos  de  la  huerta  
 son  6 3  libras  de  s eda,  600  cahíces  de  trigo  ,  100  de  ma í z ,  mucha  alfalfa  ,  frutas  
 y  hortalizas.  N o  tienen  mas  agua  que  la  que  les  viene  de  la  fuente  de  la  Posada,  
 cuyos  manantiales  se  debieran  aprovechar ,  como  queda  dicho  en  el  artículo  de  
 Carlét.  N o  se  cultiva  el  arroz  en  el  término  de  la  A l c u d i a ,  pero  muchos  de  sus  
 habitantes, dominados  de  la  pasión  común  ,  salen  á  satisfacerla  en  los  términos  comarcanos. 
   L o s  vientos  de  l evant e ,que  llegan  á  este  pueblo  despues  de  atravesar  los  
 campos  de  arroz  que  hay  desde  Cullerà  ,  suelen  causar  tercianas,  y  alterar  la  pureza  
 namral  del  suelo.  Ha y  quien  pretende  que  las  constelaciones  fuéron  mas  freqüentes  
 y  de  peor  condicion  quando  se  prohibieron  los  arroces,  infiriendo  de  aquí  
 la  necesidad  de  su  cultivo.  N o  reparan  tal  vez  que  en  todos  los  campos  se  conservó  
 mucha  humedad  por  los  filtros  ocultos  y  manantiales  procedentes  del  excesivo  riego  
 ,  ó  mas  bien  inundación  de  tantos  años  :  ni  atienden  á  que  gran  parte  de  los  
 campos  quedó  abandonada  ,  sus  aguas  sin  mov imi ento ,  y  cubierto  el  suelo  de  v e - 
 getales  é  insectos.  N o  se  tomaron  entónces  las  correspondientes  providencias  5 porque  
 se  prohibió  el  arroz  sin  atajar  los  daños  que  resultan  de  la  mala  construcción  
 de  canales,  y  de  quedar  pantanosos  muchos  sitios  que  no  lo  fuéron  en  el  siglo  
 decimotercio.  
 137.  Caminando  al  sur  por  una  larga  legua  que  hay  de  la  Al cudia  á  A l b e - 
 ric  observé  en  los  libazos  y  sitios  incultos  la  borraja  de  flores  azules  y  blancas  ,  la  
 romaza  espinosa,  el  trébol  lanudo  ,  la  centaura  pullata  ,  el  citiso  plateado  ,  la  barba  
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