•^í.-'-i
[=4]
dexo ver y oir una furiosa nube que puso en consternación aqueflos pueblos. I.a
obscuridad mezclada con ráfagas cenicientas j los freqüentes relámpagos y truenos,
el ruido continuo y bronco de la piedra que contenia, amenazaban la destrucción
de las miescs á punto de segar. No causó dafio alguno en el término de
Cinc-torres, pero taló el de Palanques, y buena porcion del de Ortclls y Zorita.
Los montes son de la misma naturaleza que los antecedentes : nada me ofreciéron
de nuevo, y solamente supe por D. A'icente Chillida , boticario de Cinc-torres,
que en el término hay una mina de sal de la higuera, de la qual se aprovecha él,
puriticindola antes de los cuerpos extraños que contiene.
CJTÍ.
35, Para pasar á Catí desde Cinc-torres ó desde Castellfort se necesitan casí
siete horas caminando al oriente con declinación al mediodía. La multitud y aspereza
de los montes y barrancos esparcidos por este desierto alargan la distancia
, que en realidad es mucho mas corta. Quedan de quando en quando cañadas
y cortas llanuras, siendo mayores al oriente y mediodia de Catí. Se halla esta villa
casi en el centro de una espaciosa hondonada, y dista quatro horas de Chert
y de San Mateo, situados al oriente, tres de Tirig que está al sueste, mas de cinco
de Ares hacia el poniente , y linda por la parte septentrional con los términos de
Morella y Vallibona. No llegaban á 200 los vecinos de Catí al principio del siglo,
y hoy pasan de 400. La industria y fábricas mucho mas que la agricultura han sido
la causa de este aumento , contribuyendo también la naturaleza de las fibricas,
que necesitan pocos fondos para prosperar. Con solos treinta pesos se proporcionan
á una familia medios de trabajar y mantenerse sin miseria. Compran los capullos
de la seda , en que se efectuó la metamorfosis del gusano en mariposa, los
limpian, lavan y maceran con lexía hasta ponerlos como un algodon. A esta materia
llainan Jiladis , y despues de hilada la reducen á cintas. De estas hay sobre 200 telares
, en que trabajah otras tantas mugeres ; cincuenta hombres se ocupan en texer
telillas, y otros en fin en cardar y preparar lanas para paños. Con estos recursos
han hecho frente á la miseria , negándole la entrada aun en el año 1792 , el
mas infeliz del presente siglo. La ganancia cierta y el pronto despacho de los artefactos
asegura la subsistencia del pueblo. Contribuyen á ella los labradores cultivando
los campos, por lo común de poco fondo , y por consiguiente de cosechas
inciertas , pues dependen de lluvias en tiempos oportunos, que no siempre se verifican.
A mas de los sembrados tienen los de Catí algunas moreras y muchos frutales,
como almendros, perales, nogales y cerezos: de estos últimos hay un número
considerable, que adornan útilmente los campos. Los frutos pueden regularse en 2 500
cahíces de granos, i© crías, buena porcion de lana , frutas y bellota. Esta última
produce al año mas de 50S) reales, y sirve para engordar el ganado de cerda.
36 Parece que un pueblo tan industrioso y aplicado coiuo el de Catí debiera
beneficiar mayor porcion de su dilatado término , del que apénas cultiva la décima
[=5]
parte. Ha intentado en efecto aumentar sus campos, pero haila siempre obstáculos
en las ordenes del Tribunal de Marina. Todos los pueblos basta aquí descritos, y
una porcion considerable del reyno se hallan en el mismo estado ; bien cjue en
los del norte se liace mas duro por verse reducidos á la única coseclia de granos.
Claman los labradores , desean emplear sus brazos para aumentar la masa de los
frutos, sin poder jamas lograr al ivio, sin conseguir lo que pretenden, al parecer
con tanta justicia. Desea el Gobierno que se aumente y prospere nuestra especie,
promulga leyes á favor de la agricultura , intenta desterrar el ocio como perjudicial
al Estado y á las costumbres ; y en estos montes se redoblan los obstáculos á
la industria rural, se procura entibiar el laudable ardor de los colonos , y se ve una
especie de guerra declarada á la porcion mas útil del Estado , que son los labradores.
Con pretexto de criar árboles para la marina real se acotan te'rminos inmensos
, muchas veces inútiles para el íin que se intenta. Porque no todo terreno es
apto para pinos, ni aun aquellos en donde espontáneamente nacen y crecen hasta
cierta altura. Danse órdenes generales, y se ponen en execucion sin examen , sin
conocimiento de los terrenos ; por donde se perjudica gravemente á los pueblos, y
el Estado ningún útil recibe. Ha y llanuras y lomas en que la coscoxa queda siempre
humilde sin levantarse ningim árbol, y se hallan con el sello del Comisario
de Marma ; de modo que nadie puede cortar la menor rama , ni menos romper
porcion algima. En otras partes se ven pinos, que los hombres ancianos han conocido
siempre inútiles por no elevarse jamas á veinte palmos ; prueba cierta de
hallarse en un suelo ingrato ó nada favorable. Lo mismo sucede con las carrascas
siempre enanas, y solamente lítUes para rayos de rueda. Los sitios hondos, los
barrancos y faldas de los montes suelen ser los mas á propósito para criar robustos
árboles. En Benifazá sobresalen los valles hondos de Castell de Cabres, Boi -
xar y Corachá ; las partidas de Vall-sarguera, y Mas-d'en-Roda. Los montes de
PeHagolosa , Villahermosa y Villafranca i muchos del término de Morella , Val l i - '
bona y otros. Debia preceder un serio examen de terrenos antes de prohibir el
cultivo y pastos, y entonces se reservarían para árboles de construcción los sitios
oportunos, y aquella cantidad solamente que se juzgase necesaria para el real servicio,
dexando el resto á los pueblos vecinos, cuya industria y sudores voluntarios
harian fructificar lo que hoy queda inútil. Ya no se veria forzar á un pueblo para
que emplease parte de sus propios en sembrar los montes de bellotas. En Cati se
ha visto esto por espacio de diez años, sin resultar árbol alguno; no obstante que el
Comisario para asegurar el éxito de la siembra prohibió á los vecinos los pastos en
aquellas tierras. Ni el derecho de propiedad que tenian los pueblos, ni la larga experiencia
de ser inútil el suelo para maderas de construcción, bastaron para revocar
ó suavizar la órden. Con igual rigor se va extendiendo la prohibición del cultivo á
quantas tierras arrojan un pino , ó se visten de coscoxa : no bien esto sucede, quando
el infeliz labrador se ve en la alternatíva ó de pagar multas si corta leña sin permiso
, ó de pagar dietas al zelador que envia el Comisario para obtener la leña
G