ípi
mino podrá tener como legua y media de oriente á poniente entre los de Picaíía y
C h i v a , y una de norte á sur entre los de Alaquás y Picasént. Ha y en él preciosas
huertas regadas con fuentes, pero mas secano sin comparac ión, y en él varias lomas
, humildes en las cercanías del puebl o , mas altas á mayor distancia por el
rumbo del oeste , llegando últimamente hasta formar cerros y montañas. T o d o es
fructífero , no tanto por la calidad de la tierra, quanto por el cuidado é industria
de los Torrentinos. N o contentos con cultivar su término , pasan á los contiguos,
y principalmente al de Chi v a y llano de Quar t á satisfacer la pasión que tienen al
trabajo. A l l í poseen en propiedad ó por arriendo dos veces mas tierra que la que
comprehende su término propio , y aumentan de este mod o los frutos para sostener
la poblacion. N i aun estos recursos bastan para hacer feliz la clase mas necesitada
del pueblo , y por eso salen muchos á buscar medios de subsistir. Gr an número
de ellos pasan en Madr id el verano vendiendo orchata de chufas y agua de
cebada, donde á fuerza de sudores y economía ahorran algo para pasar el invierno.
Otros se ocupan algunos meses en transportar y vender las delicadas uvas que
se despachan en la capital. Finalmente otros buscan diversos modos de remediar
sus necesidades. Si los frutos que el labrador recoge en recompensa de sus trabajos
quedasen á favor de los pueblos , reynaria en casi todos ellos la abundancia y la
felicidad. Por desgracia se reparten las cosas de tal mod o , que el cultivador carga
con el t rabajo, y otros perciben la mayor parte de los frutos. Pocos le quedan á
un arrendatario despues de pagar los derechos á la Iglesia, al Estado y á los Señores
territoriales, y despues de satisfacer los arriendos, que se aumentan continuamente
, y aun aquellos se disminuyen por la nube de pedigüeños importunos que acuden
de los conventos á las eras, lagares y molinos de acej'fe , contra las repetidas
ordenes del Gobierno.
82. En la parte mas alta de la poblacion se halla el convento de Observantes
de San Francisco , y en él la galería y sitio mas ventajoso para ver I4 capital. Ca e
el convento en la linea que separa la huerta de Valenc ia del secano , y puesto el
observador en ella mirando hacia el oriente ve el admirable quadro que procuré
bosquejar en la pág. 1 3 6 n. 5 1 . Vo l v i endo despues la vista hacia poniente descubre
el gran llano de Qu a r t , la multitud de cortijos como sembrados en aquel terreno
ondeado, y un plantío de viñas , algarrobos y ol i vos , que se extiende quanto al -
canza la vi s ta, que es hasta los montes. E n el término de Tor rent se cogen 1200
caliices de t r i g o , 700 de ma í z , 70 de cebada , 3© arrobas de aceyte , 662> de al -
garrobas , 3© de mu y delicadas uv a s , 12© de cebol las , 30© cántaros de vino,
7@ libras de seda, y una cantidad considerable de alfalfa, melones y hortalizas. Sin
esto entran en la poblacion los frutos que sus vecinos cogen fuera del término,
que son mas de doble en quanto á t r i g o , aceyte , cebada y algarrobas, y como
tres veces mas en quanto al vino.
83. L o s cerros occidentales , que distan una hora de To r r e n t , y continúan
después hacia Tu r í s , son cal izos, y algunos de sus bancos forman con el horizonte
ángulos de 45 y mas grados. Muchos son de un mármol amarillo que un fuego
moderado muda en roxo , y lo adorna con vistosas nubes. Un o de los canteros de
Torrent me dlxo , que en sus excavaciones descubrid una palma tendida horizontalmente,
cuyo tronco y hojas estaban petrificadas.
84. Siguiendo el curso del barranco se hallan á media legua de Tor rent P i -
cana y Vistabella separados por el cauce de la rambla, que dexa el primero á la
derecha, y á la izquierda Vistabella 5 viene despues casi á igual distancia Pa ypo r -
ta , y últimamente Benetuser á la misma mano antes de llegar al camino real de
Madrid. Picana y Vistabella son pueblos pequeños} componen ambos 1 7 0 fami -
lias ocupadas en el cultivo de los c ampos , que Ies producen 250 cahíces de trigo,
s 10 de ma í z , 1 70 de judías, 2© libras de seda , 5© cántaros de v i n o , mas de
200 arrobas de a c e y t e , y como 4S) de algarrobas. Paypor ta tiene 2 1 8 v e c inos , y
Benetuser 1 0 7 , todos ocupados en la agriculturas infatigables como los demás de
la huerta , fuerzan sus campos á dar continuos frutos, y cogen 2300 libras de seda,
570 cahíces de t r i go, 180 de ma i z , 1 30 de judías, 700 arrobas de cáñamo,
100 de a c e y t e , y 3500 cántaros de vino. Casi todos estos f rutos, y especialmente
los de secano, proceden del término de Pa ypo r t a ; porque Benetuser solamente
tiene 2 1 4 jornales ó cahizadas, todas huerta, en la qual y en la de Paypor ta se
cogen muchos melones , habas , alfalfa y hortalizas.
85. A la derecha de los citados barranco y camino real de Valencia á Madr i d
se hallan por la via del sudueste A l b á l , Benipar rél l , Alcáser y Picasént. Beniparéll
tiene 32 vec inos , y Al b á l 1 9 0 , la tercera parte aumento del actual siglo. Es -
tos son los últimos pueblos por este rumbo que disfrutan las aguas del Tur ia. El
término de Al b á l se extiende desde las lomas occidentales hasta las cercanías de
la Al b u f e r a , donde se cogen 800 cahíces de ar roz ; las huertas se hallan en el
centro , y en la parte occidental el secano , plantado de olivos y algarrobos. L o s
fruros de estos dos pueblos son 650 cahíces de t r igo, 400 de judías, 1 50 entre
cebada y habas , 200 de maiz , 8© arrobas de aceyte delicioso , casi 4© de algarrobas
, y 2800 libras de seda. A l g o mayor es la poblacion de Alcáser , separada
de Al b á l por mas de media hora de llanuras, algunas areniscas, y la mayor parte
de marga arcillosa. F u é antiguamente Alcáser una casa de campo l lamada la
Alquería de Al c á s e r , de cuyos débiles principios se formo el pueblo , y se aumentaron
los vecinos hasta 2 0 0 , la mitad en este siglo. Es to se debe atribuir á la
aplicación que los naturales tienen al t rabajo, á la fertilidad del suelo que cultivan,
y á las aguas que les vienen de las fuentes de Niñerola. Es probable que tomen
aún mayor aumento el cultivo y la poblacion con el nuevo riego que proporcionan
las obras dirigidas por el Señor Ro s i l l o : apenas hay cinco años que se disfruta,
y ya se ven convertidos en huerta muchos campos que ántes eran secano. Cdg ense
en Alcáser 500 cahíces de t r igo, 240 de maíz , 200 de judías, 700 arrobas de
aceyte cada dos años , 132) de algarrobas, y 800 libras de seda.
86. De Alcáser á Picasénr hay poco mas de un quarto de legua : pásase en el