•^v ir imitar los actuales vecinos de la v i l l a , estableciéndose lejos de los campos de arroz,
cuya inmediación es siempre peligrosa. Ti ene SolUna 2o2> hanegadas de arroz
en los coros ant igaos, y 7© on los modernos. L o s propietarios parten allí sus campos
en dos porciones, cultivando una en el año en que la otra descansa. Lo s arrozales
forman tres quartas partes del término cultivado , la quarta restante son huertas
d secanos : queda sin cultivo una extensión considerable de marj.ües por hallarse
fuera de los cotos , y aunque inútil para otro fruto que el arroz,se ha visto dar cada
hanegada 16 pesos l ibres, pagados los gastos de preparación, cria y recoleccionj
bien que esto fué por el excesivo precio á que se vendió el arroz en 1 7 9 4 » quando
se hizo esta prueba, tal vez sin permiso. Las huertas se aumentan cada dia por
el riego que les franquean las nuevas obras del Ex c . Seiíor Duque de Hi jar,
Seiíor de la poblacion. Ha y muchas moreras, t r igos , raaices y hortalizas, y en el
secano olivos y algarrobos. Se van fabricando hermosas casas de campo al largo
del camino de Si l l a , contiguas á las heredades de arroces, que eran antes juncares
y eriales. El fruto principal de Sollana es el ar roz , del que se cogen 32© cahíces
; los otros son cahices de trigo , 500 de maíz , 20 arrobas de aceyte,
30© de hoja , algunas legumbres como judías y garbanzos, y mucha hortaliza j solamente
de alfalfa hay 400 hanegadas. Abr i endo algunos pozos en la Ribe ra baxa
se observa que la naturaleza de la tierra varía mu y poco hasta encontrar la greda,
que descansa sobre arenas coloradas por donde mana el agua. Es ta se halla á 18
palmos con corta diferencia en Si l la, á 14 en Almus á f e s , á 6 ú 8 en Sollana , y
á 4 ó 5 en Sueca j pero debe notarse que el agua en esta última villa está en un
terreno marg.íceo mucho mas alto que las arenas, y le viene del Xuc a r . Sería
preciso cavar á mayor profimdidad para encontrarla, sí el rio corriese por su cauce
natural ; mas levantado este por las freqüentes presas, y principalmente por la
de Cu l l e r à , filtran sus aguas y se introducen en las tierras contiguas. As í quando
se rompid la citada presa de Cul l e r à , queda'ron sin agua casi todos los pozos de
Sueca. Se halla esta villa en la llanura que dexa el Xu c a r á la izquierda : las calles
son por lo regular ancha s , pero intransitables en invierno d en tiempo de lluvias:
los caminos para llegar á esta poblacion quedan también inúules en dicho tiempo,
por ser de marga arcillosa, y presentar una superficie igual y sin declive : los campos
de arroz que hay á uno y otro l a d o , y la multitud de aguas que corre o ma -
na por todas partes forman en invierno un atascadero insuperable. Ha y en Sueca
1325 ve c inos , todos labradores. Por todas partes se ve la villa cercada de preciosas
huer tas, que se prolongan á bascante distancia , y llegarían hasta las de Cul l e -
rà si los naturales quisiesen abandonar el cultivo del arroz en el corto espacio que
las separa, que pasa muy poco de un quarto de legua. L a tierra es aüí fuerte , y los
campos están mas altos que el camino. A las huertas se siguen preciosos olivares en
los partidos de Vi l e l l a , Campanár y Raconada , que son las mas altas. Suelen cogerse
20 arrobas de a c e y t e , y poco vino , 40© cahices de ar roz , 4500 de trigo,
1700 de ma í z , 1 1 0 0 de habas , 200 de c ebada , y im número prodigioso de alfaifa,
fmtas y hortalizas. L a multitud de caballerías, indispensables para el cidtivo
del arroz y huertas, consumen ima cantidad de alfalfa capaz de enriquecer á otros
pueblos. Lo s dilatados bosques de moreras, podadas algunas hasta la corona cada
tercer ario , y otras conservando sus ramos principales dan infinita ho j a , pero no
corresponde regularmente la cosecha de seda al número de moreras ; porque la humedad
que los arroces esparcen en la atmosfera es contraria á los gusanos} con todo
eso se cogen mas de 11 © libras de seda.
137. Se ve que el arroz es la principal y la mas rica cosecha de Sueca : no
obstante para algunos es aún un problema , si convendría mas la supresión d el
cultivo de dicha planta. Creen (quizá con sobrada indulgencia) que Sueca es lugar
sano , excepto el tiempo en que reynan los ponientes, funestos á la salud , como
que traen el veneno de siete leguas de arroces : aríaden que el cultivo del arroz
ocasiona crecidos gastos , y que siendo la mayor parte de los campos propiedad de
los que viven en Valencia y varios pueblos , nunca los vecinos tienen bastante para
vivir con decencia ; quedando ademas de esto buena parte del aíío en un ocio
que favorece poco á las buenas costumbres. N o hay duda que son ciertas estas
proposiciones -, pero suprimiendo el cultivo del arroz , no sé si mejoraría el estado
actual de las cosas. L a propiedad por de pronto sería como es hoy de los que
no habitan en Sueca. Se convertirían en huertas muchos campos que ahora se destinan
al arroz ; pero el res to, mucho ma yor sin comparac ión, quedaría inculto,
cubierto de maleza , y sus aguas sin movimiento. Sería entonces muy expuesto el
habitar en verano , y los vecinos disminuirían d por falta de oaipacion d de subsistencias.
128. Las huertas de Cul l e r à , como d i x e , están separadas de las de Sueca
por un quarto de l e gua , destinado al cultivo del arroz. En aquellas se hallan mu -
chas almácigas de esta planta, las que arrancadas en Ma y o dexan los campos aptos
para maíces, que crecen con lozanía. Desde que se sale de Sueca se ve el monte
de Cul l e r à , en cuya raíz occidental y á la orilla del Xuc a r está la poblacion casi
de igual vecindario que Sueca. L a salubridad de la atmosfera renovada por los
vientos del ma r , la comodidad y solidez de los edificios, la riqueza y la abundancia
de quanto se necesita para vivir , todo ha contribuido al aumento de la agri -
cultura y de nuestra especie. El monte llega casi hasta la orilla del río , y desde
allí no por grados sino de repente se levanta á una grande altura , que varia en lo
largo de media legua de norte á sur ; llega así hasta las inmediaciones del ma r , y
despues de haberse asociado otros montecítos dismmuye de altura , tuerce al oriente
, y desaparece en las aguas para salir de nuevo despues de algún trecho y formar
un islote. La falta de puertos en el seno d gol fo Sucronense , lo bravo y pehgroso
de la p l a y a , y la forma de herradura que presenta aquí el monte con el islote,
sugirió al difunto Marques de la Roma n a la idea de hacer un puer to, cerrando
el boquete que hay entre el monte é islote , y añadiendo á este una cabeza. Qu e -
ría también romper el monte que hace frente al Ideado puer to, y por un canal