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their horses disproportioned, that aU the people that were with me
in the boats, when very near the shore, swore that they were all
mounted upon deer; and, to this instant, I helieYe there is not a
man that landed with me, though they were at some distance from
them, hut would swear they took them to be nine feet high. I do
suppose many of them were between seven and eight feet, and strong
in proportion.
Mr. Byron is obliged to Mr. Pennant for the perusal of his
manuscript, and thinks his remarks very judicious."*
No. 13.
EXTRACTS from " Diario de Antonio de Viedma, 1783."
Communicated by Don Pedro de Angelis to Sir Woodbine Parish,
F.R.S., and by him to Capt. Fitz-Roy, in 1837.
Los Indios todos son de una misma nación en esta vecindad t su
estatura es alta, de dos varas á nueve palmos por lo común en los
hombres, siendo muy raro el que pasa de esta talla. Las mugeres
no son tan altas, pero lo bastante con proporcion á su sexo. Todos
son de buenos semblantes, y entre las mugeres las hay muy bien
parecidas y blancas, aunque curtidas del viento y del sol como ellos.
No se encuentra hombre ni muger flaco, antes todos son gruesos con
proporcion á su estatura : lo que y usar las ropas del cueUo á los
pies, habrá contribuido á que algunos i-iageros los tengan por
Su idioma es gutural, y repiten en sus conversaciones una misma
voz muchas veces. No interrumpen al que está hablando, aunque
su oracion dure todo el dia: comunmente habla uno de mas autoridad
ó el mas elocuente. Las mugeres no hablan entre los hombres
sin ser preguntadas, y entonces solo contestando á la pregunta : los
que hablan mucho sin ocasion ni asunto, no tienen partido entre
ellos, ni se les oye.
El vestido de los hombres es un cuero de guanaco, zorillo ó liebre,
• Extract from Pennant' s Literary Life, p. 47 to 69.
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de dos varas en cuadro, el pelo para adentro, y la tez pintada de
colorado, verde ó amarillo : este los cubre desde el cuello á los pies
con tal arte y manejo, que raramente se les vé parte alguna de su
cuerpo, excepto los brazos, y estos, cuando usim de ellos para algo.
Llevan ademas otro cuero muy sobado, atado á la cintura con una
correa por debajo de aquel, con que tapan el vientre y hasta la mitad
de los muslos, descendiendo desde aquí en punta hasta los tobillos.
En los pies se atan con unas correillas unos cueros de buey, si le
tienen ó de caballo ó del cuero de los guanacos grandes, formando á
manera de sandalias. Para andar á caballo usan de botas que hacen
de los gaiTones ó piernas de los mismos caballos ó guanacos grandes ;
y las espuelas son se madera, que labran ellos con bastimte primor.
• Se ciñen la cabeza con una cinta de lana como de dos dedos de
ancho, tegida por ellos de varios colores, con que se sugetan el pelo
doblado por arriba, con las puntas al aire como plumage por el lado
izquierdo, dándose con la cinta seis ó ocho vueltas, y colgando las
puntas de ella con unos cabetes de metal amarillo ó latón. Para
montar á caballo sujetan el cuero grande con una correa, que se
rodean por encima de todo á la cintura, de la cual cuelgan las bolas
y daga, que son las armas que generalmente traen : y cuando
necesitan de los brazos pai'a usarlas, dejan caer por las espaldas el
cuero sobre las ancas del caballo, quedándose desnudos de medio
cuerpo arriba, y hacen de este modo buena vista cuando van de
huida ó en seguimiento de la caza, porque el cuero cubre las ancas
del caballo, y ofrece á los ojos el pelo que tiene por dentro de varios
colores. El aparejo de montar es á manera de un albai'don, sin
pretal ni grupa, hecho también de cuero de guanaco grande, reenchidos
los bastos de paja fuerte. Los estribos labrados por ellos de
madera, y tan pequeños, que tasadamente cabe el dedo pulgar del
pié. Se ponen mal á caballo, pero son muy firmes en él, y lo mismo
corren cuesta abajo que cuesta arriba. El freno del caballo se compone
de un pahto, o hueso de caniUa de avestruz, labrado con dos
perillas á los estremos, tan lai-go como ancha la boca del caballo, y
en dichas perillas están sujetas las riendas y dos correitas que atan
en la barbada, con lo que queda seguro para que no se le salga de la
boca. Las riendas son cordones de ocho ramales, de correitas de
cuero muy sobadas.
Las mugeres tienen el vestido de la misma especie de cueros,
puesto del mismo modo, con sola la diferencia de que sobre el pecho
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