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coloris, cuius interna superficies semini contigua glaberrima est et fiugëfiï ; externa
yero processibus nunc clavatis nunc aculeatis ruffo-ferrugineis muricata : cortex alter
est suberosus clavarum et aculeorum interstitia nedum replens , sed tegens sua cras-
sitie quæ alitjuando duaruni linearum est.
Semen subreniforme, superne prope a-pioem compresso-mucronatum , inferne ubi coty-
ledones exsistunt gibbum ; mucrone et gibba contra suturam , cui adhæret ■ funiculo
umbilicali orto ex facie excavata - inter -mucronem et gibbaïn. Seminis pellicula -aspera,
rufifescens. .
Habitat in silvis Mariijuitæ regni Santa F e %. Observavit, descripsit et vivis coloribus
delineari xuravit cl. Iosephus Gælestinus Mutis. Floret ab Octobri ad lanuarium;
fructus perficit ultimo Marrio. Nuces vidi.
Tab. explicate. Tab. 3 6 1 ramum sistit floridum. In tab. 3 6 2 . a Floris capitulum
dedita opera sectum ut staminum contentorum situs conspiciatur. b Calix. c Pedun-
culus a calice articulo seiunotus. ,d Flos inferne visits, separatus a calice, e Petala,
quorum maiora notantur stellula. ƒ Stamina e corona aut annulo secto prodeuntia,
quorum longiora fertilia , breviora' c-àstriitk-et littera g ' trotata. Ti Filamentum.'f Ger-
men , styli. k Germinis sectio. I Drupa. m Eadem cum carnosi putammis parte. « Ea-
dem absque putamme carnoso. 0 Nucis sectio duplici cortiçe patente, p Semen facie
excavata visum, q Idem absque pellicula.
Obs. i . Diversam esse speciem ab ilia quam Linnæus et post ipsum Lamarck in*-
digitavit vel ex ipsorum imperfectis descriptionibus constat. L innxana etenim species' .calice
et corolla gaudet purpureis , et antheris oblongis ; quod minime observatur in’ hac
nostri M u tis ii, cuius fructus est etiam multoties minor.
Obs. 2. Huius generis fructificatio affinis est Pekeæ A ub le tii, .ex qua Rhizobolum
fecit cl. Gærtner; qui pagina 93 secundi voluminis sequentem tradit characterem. « C a lix
» semiquinquepartitus. CoroUa pentapetala. Stamina numéros*. Ovarium quadrilobum
» superum. StyU quattuor. Nuces quattuor uniloculares evalves monospermæ.” Fructum
postea describens suo sapienrissimo more , multa de nuce et semine dicit quæ in nostro
Caryocare vidimus. Consulatur Gærtner loco citato, et tab. 98 fig. 1.
Obs. 3. Quæ hucusque dicta sunt, si præcedentes obseryatipnes excipias, et norfr
nulla de nucis corticibus quos vidi et delineavi, omnia de înedito D . Iosephi Cælestini
Mnris opéré excerpta.-sunt.j qui buius arboris icônes ex America missit nitidissimas et
atràmento* chinensi adumbrates, et vivis coloribus expresses, idque tam accurate ut non
dubitem eas cum Smithianis pictis comparare. DescriptiOnem atque historiam arboris ad-
iunxit bispano sermone numens f omnibus absolutam, quam hie . subnecto in honorem sa-
pientissimi v i r i , qui iure merito Botanicorum in America Princeps salutatur , debetquè
etiam inter primates Europeos colocari. Utinam præclarissima eins opera Floræ præsertim
prelo commissa fuissent ; utinam et opuscula mineralogica , oeconomica, phisica, quorum
magna, copia.
CARYOCAR ALMENDRON.
Este ârbol , celebrado con razon en todo este reyno (d e Santa F e de Bogota)
por la fruta que vulgarmente. llaman almendrones, es de los mas utiles de las selvas
de Mariquita. Excède a los mas altos Zenascuros (Carola augusta) Otobas (Myris-
tica officinalis), Garacolies (Anacardium caracoli), Caranos (Æginetia carannifera) , ÿ
Marias (CaJopfryllum calaba) , arboles todos .que igualmente abundan y compiten â las
palmas mas elcvadasi Su grueso y elevadisimo canon suministra una madera de bastante
duracion y de regular pubmento ; no tan .pesada y compacta como las maderas finas que
llaman palos de corazon ; pero mas proporcionada para los casos en que deben, emplearse
tablas anchas y de mediano peso. Antiguamente quando florecian los minerales de Santa
Anna y Taxas preferian estos arboles los Mineros en sus oficinas para los ingeniös y
tkas .de lavaderos. Repuestas hoy las sel v a s , que en aquellos tiempos asolaria la numerosa
poblacion de estos Minérales, no ha sido neeesario sacrificar estos preciosos arboles,
que aunque comunes son dignos de conservarse entre los frutales, como y a lo hacen y
cuidan los duenos de tierras , reputandolos por alhajas que aumentan el valor de sus
posesîones.
La cosecha de estes almendrones es la mas contingente y falible que pueda imagi-
narse. Los habitantes del pais puramente por tradicion aseguraban yerificarse solamente
cada siete anos ; periodo que lixarian por la casualidad de haber sucedido asi alguna vez,
y por la experiencia constante de pasarse muchos anos sin ver lograda la abundantisi-
ma cosecha que prometen unos arboles tan robustes y poblados de inumerables flores;
apoyândolo tal vez en lo misterioso del numéro siete. Mis observaciones falsifican este
periodo, y solo confirman la rareza que no esta sujeta â tiempo determinado , sino al
conjunto de otras causas de dificfl investigacion. El ano de 83 fuë excesivo el acopio
de almendrones , y hasta el presente de 9 0 ., en que se cuenta igualmente frustrada,
apenas se hallan algunos para muestras, que en vez de satisfacer los encargos anticipa-
dos ae la capital y provincias, aviven mas bien sus deseos.
Por Julio y Agosto se marchitan las hojas del arbol, que sucesivamente caen ; y
como de golpe se halla desnudo y nuevamente vestido en todo Setiëmbrej, â imitacion
de todos los arboles de estos paises câlidos, en que médian pocos dias para esta nueva
transformacion. Comienza & florecer â ^uediados de Octubrà hasta fines de Diciembre y
mediados de Enero , que suelerr hallarse flores ...en’ Jos que se retardaron. En los très
meses siguientes hasta fines de Marzo se perfeecionah das frutas que caen , y cLexafl los
cosecheros hasta.hallar las hueces limpias de su corteza mantecosa, que aseguran servir
de alimente â las culebras. L o cierto es que estas se encuentran por esos tiempos con mas
abundancia al pie de estos arboles , haciendo no poco peligrosa por este respecte la ocu-
pacion de los peones , que no dexan de exâgerar ; el peligro por aumentar el precio
del fmto,
Atribuyen algunos la pérdida frequente de estas cosechas a la voracidad de las gua-
camayas verdes, que se alimentan con las frutas tiernas de estos arboles ; y es la unica
especie de aves que los persigue. Esta es una causa puramente imaginaria , que quando
mas contribuiria â minorar la cosecha, pero no â frustrarla enteramente por anos segui-
dos ; y mas constando por otra parte que no es tan grande el numéro de estas aves , ni
que se ausenten en: los anos de cosechas. Todo fruto precioso pide mayores cuidados y
afanes d e l, hombre , cuya pereza reprehende la Providencia punzando sus deseos con el
recuerdo de algunos anos de abundancia.
L a corteza ;carnosa 0 primera cubierta del fruto contiene una résina dispuesta en
forma de aceyte algo pegajoso, espeso , amarillo pardo y de un sabor tan amargo que
pénétra fuertemente las fauces sin que basten â quitarlo de pronte los repetidos tragos
y gârgaras de agua. Estregada entre las manos juntamente con agua levanta una espu-
ma semejante a la de los xaboncillos del ârbol (Sapindus michu) que 110 se apaga tan
presto dexando las manos suaves, limpias ÿ ,'dëspercudidas. Podria tal vez aplicarse esta
résina â algunos usos economicos y séguramente â muchos médicinales., si. de intente se
hicieran los expérimentes que sugieren las qualidades activas que la distinguen y re-
comiendan.
El modo de sacar la almendra partiendo la nuez suele $er engorroso y aventurado
â. los que no estân versados en esta maniobra, en que cçmo en otras la; industria vence
las dificultades. Debe ponerse de punta para recibir el golpe suave-, con que raja por
la sutura o unica union que puede naturalmente abrirse en tiempo de su germinacion.
D e qualquiera otro lado que -se intente quebrar la nuez se despedaza la almendra.
Confitan estas almendras en la forma acostumbrada con las de Europa ; pero con la